sábado, 28 de septiembre de 2013

Procubano

Volvemos sobre el tema del"monopolio de la definición de las palabras", para concluir con algún mensaje que pudiera alertar a nuestra gente, de las desbastadoras consecuencias causadas por la manipuacion de la ignorancia y del fanatismo, retorciendo el auténtico significado de las palabras.

Si el desemvolvimiento socio-económico de la Cuba de hoy, se califica como un  paraiso o como un infierno, dependiendo de los intereses del parlante, se debe agradecer o culpar al lenguaje manipulador.

La clara vision que tenemos bajo la luz de las experiencias vivida  como actores en diferentes escenarios, nos proporciona contemplar la negacion de nuestra gente a participar, por la confución creada con el mal intencionado uso del lenguaje.

Nosotros no estamos proponiendo cambiar el lenguaje de los que se sienten cómodos con el uso tergiversado de los vocablos, como medio para sus fines. Pero asumimos la responsabilidad de invitar a los bien intencionados para no seguir imitando y sirviendo de puente al lenguaje que abstaculiza el buen entendimiento para el desarrollo de las buenas obras.

Aqui no proponemos cambiar a un lider, a un gobierno o a un sistema por otro, sino que con el buen uso del lenguaje podemos entendernos mejor para que todos podamos colaborar con sacar el pais adelante. Es por lo que omitiremos el comentario sobre el vocablo que le da titulo a este mensaje, advirtiendo que no fue invento nuestro. Lo tomamos de alguien que lo escribió, refiriendose a un congresista cubanoamericano.

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